terça-feira, 24 de setembro de 2013

De cómo hay mujeres que no aman a las mujeres y dan lecciones de amor


Noticia de El Mundo:
"Escuela de sexo oral busca sede en España"

Todxs sabemos que el sexo se aprende. Pero, atención, no se aprende en la cama como siempre habíamos creído algunxs ingenuamente. Se aprende en la academia.

El sexo también ha dejado de ser gratis. Ahora aprenderlo ya no es improvisarlo, ni adaptarlo, ni consensuarlo, ni performarlo a tu manera, ni (re)descubrirlo a tu gusto. Ahora te lo enseñan por un módico precio. Ser una Diosa y la atención de tu macho están garantizados por algo más de un puñado de dólares. Cuidado con equivocarse y poner mal la lengua Nueva Diosa Robótica!  para enseñar el código, la norma, el reglamento, estamos nosotras, las académicas del sexo.

Ahora está de moda la versión más burda del Emilio de Rousseau, que no por burda resulta menos retorcida y menos eficiente para poner a las mujeres en su sitio, que parece no ser otro que atender desde los márgenes al deseo y necesidades masculinas. Es "normal", porque es la norma. En una sociedad en la que el androcentrismo campa indiscutido y naturalizado a sus anchas, en la que la centralidad de los valores y necesidades masculinas continúa fabricando economías y formas de intercambio absurdas y cuestionables desde el punto de vista de la justicia y la dignidad, las mujeres y los hombres no seremos nunca libres, ni en lo más íntimo de nuestros deseos.

Me pregunto retóricamente por qué esta moda machistísima tiene tanta visibilidad e impunidad en los media. El tratamiento de la noticia - que es una elección del periodista- es casi doloroso de tan cínico de tan acrítico. Cuidado que volver atrás en derechos y en dignidad no parece de risa, y menos en este país que no es para mujeres. Dicen que quieren abrir "sucursales" de estas academias en España. Viva el mal viva el capital, que decía aquella sabia; por qué no abrir una academia cerca de Eurovegas como formación para las licenciadas en paro?

Aquí destaco algunas perlas que no tienen desperdicio. Algún día serán objeto de polémica, de objeción y de disputa. Hoy, no. Hoy estamos vergonzosamente demasiado lejos:

"les enseñan en diversas asignaturas cómo mantener a cualquier hombre contento, amarrado y adicto a ellas. Incluso "cómo despertar su bestia interior"

"Juntas aprenden a hacer mejores felaciones, a disfrutar ofreciendo sexo anal o a moverse mejor en la cama"

"está convencido de que españoles y rusos tienen muchas cosas en común a la hora de dejarse llevar por la pasión. "He tenido alumnas que estaban casadas con españoles y con italianos, fue un éxito para ellas... y claro, también para ellos", añade orgullosa antes de recordar que ha tenido incluso alguna estudiante llegada desde Japón sólo para aprender cómo ser una diosa en la cama"

"Estos meses han recibido la visita de empresarios del sexo radicados en California, que han quedado fascinados con la experiencia"


"Durante las clases de felaciones las alumnas fijan los penes de plástico en la pared de espejos para observarse a sí mismas mientras aprenden a arrodillarse con gracia y morbo"

"Lo que no hay en esta escuela del placer son cursos para hombres. Los únicos miembros del sexo masculino que se admiten son los falos de plástico empaquetados en bolsas transparentes que hay en cada mesa antes del inicio de la clase. "El hombre aquí no suele reconocer sus limitaciones"


"Tengo algunas alumnas que han hecho todos los cursos, en muchos casos sus maridos lo saben y están encantados, les piden que sigan estudiando"

Y lo que me parece más peligroso de toda la noticia:

'"Recordemos lo más importante: los hombres aman a través de los ojos", dice la decana a sus alumnas. Por eso "son necesarias muchas de estas técnicas de formación, destinadas no sólo a lograr el placer más exquisito sino también a crear un espectáculo inolvidable para nuestro amado". Saben que están rompiendo moldes en una sociedad como la rusa, que es gobernada ahora mismo por una ola de conservadurismo en el Parlamento, donde se ha llegado a plantear prohibir no sólo la propaganda gay, sino cualquier mención al sexo oral "o cualquier práctica no tradicional"'

No hay nada más infalible para mantener el orden atávico patriarcal que la confusión. Sólo así puede pasar por liberadora la peor de las opresiones disfrazada de revolucionaria. Confundir libertad sexual con evidente esclavismo sexual es tan perverso como funcional al orden contractual que se alimenta del trabajo gratis de las mujeres para perdurar. También, por supuesto, del trabajo sexual.

Flaco favor nos hacen estas mujeres a las mujeres.

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