segunda-feira, 7 de maio de 2012

El arte de las performances

En el séptimo arte, no hay nada más pobre que un director/a que se copia a sí mismo. Las segundas partes, quitando honrosas y espectaculares excepciones nunca fueron buenas. Suelen quedarse en una expectativa, en una promesa, y a lo peor, en cruel gatillazo.
La repetición es pura nostalgia de un pasado sedimentado.
Que vuelva la primavera, que salgamos de lo más crudo del crudo invierno, que tengamos el valor de no repetirnos, que tengamos el ingenio y la inventiva del año pasado... pero no el mismo!
Tiene que ser 15?!, y M?!


Imposible elegir entre la primera y la segunda. Tres ya son multitud.

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